Spidey Jugón: Rocksmith, la unión de juego y guitarra (de verdad)

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Hoy damos un giro de 180 grados en la temática del blog para hablar de videojuegos. Concretamente hablaré brevemente de Rocksmith, al que estoy enganchado desde que salió, por fin, en Europa en el mes de octubre después de llevar ya un año en el mercado en tierras yankees. Muchos conocerán el famoso Guitar Hero, o el Rock Band, que salió algo más tarde, juegos musicales en los que se debía seguir el ritmo de una canción mediante la ayuda de un controlador especial con forma de guitarra con 5 botones, una especie de pulsador para imitar el ataque de la púa en las cuerdas y una palanca de vibrato. En el caso de Rocksmith, Ubisoft ha transformado este concepto en algo mucho más atractivo y que muchos que jugamos en su día a Guitar Hero soñábamos con llegar a tener alguna vez: un juego en el que pudieras usar una guitarra de verdad para tocar las canciones.

Rocksmith permite conectar una guitarra o bajo de verdad a una consola o PC (siempre que tenga pastillas) a través de un cable especial que se conecta directamente a la guitarra en un extremo mediante un jack y en el otro a un puerto USB en la plataforma en la que tengamos el juego. El propio juego se encarga de detectar las frecuencias de las notas para identificar su posición y verificar que se tocan aquellas que corresponde, que se sigue el ritmo y que no se tocan antes o después de tiempo. En este caso, Rocksmith tiene en cuenta el nivel de destreza del jugador tocando la guitarra  y adapta las notas en pantalla y la dificultad de las transiciones de manera dinámica, haciendo riffs cada vez más parecidos a su versión real según tocamos bien las notas o al revés, simplificándolo cuando detecta que no damos una con nuestro muñón de mano.

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Presentación de las notas

La lista de canciones disponibles es bastante variada y cada una de ellas suele permitir tocar más de un arreglo: con notas sueltas, guitarra rítmica con acordes, combinación de ambas o bajo. Entre las canciones que trae el juego de serie se encuentran algunas tan conocidas y de estilos tan variados como «Satisfaction» de los Rolling Stones, «Plug In Baby» de Muse, «Sweet Home Alabama» de Lynyrd Skynyrd o «Boys don’t cry» de The Cure. Además, la lista de canciones se amplía cada mes con varias descargas disponibles (previo pago) de nuevas canciones de otros grupos o guitarristas como Megadeth, Santana o The Black Keys.

Casi cuatro meses después de haberlo comprado destacaría lo siguiente como puntos fuertes del juego:

  • Permite coger fluidez y aprender a tocar canciones de una forma divertida y progresiva. En mi caso me ha servido para desempolvar un instrumento que tenía metido en el armario desde hacía bastante tiempo y al que hasta ahora nunca le había dedicado mucho tiempo por una razón u otra.
  • Aunque hay que jugar un poco con los parámetros de configuración, en el caso del PC, se puede llegar a alcanzar un lag mínimo entre que tocas la nota y suena en el juego. Por supuesto también influye el equipo de sonido y en el caso de las consolas es recomendable sacarlo en analógico y no reproducirlo por el cable HDMI.
  • Rocksmith te explica la colocación de los dedos para los acordes que se pueden encontrar en una canción y permite tocar cada una de las secciones de una canción de forma independiente a una velocidad menor o libre. Además incluye unos breves tutoriales explicando las técnicas básicas como armónicos, pull-offs  y hammer-ons o slides, ideal para novatos.
  • Aunque no los he usado mucho, Rocksmith también trae una serie de minijuegos con los que perfeccionar todas estas técnicas, algunos más divertidos, como un juego estilo Space Invaders en el que disparamos a patos según el traste que pulsamos, y otros menos, como uno en el que jugamos al béisbol haciendo bends.
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Scale Runner: minijuego para practicar escalas

Sin embargo también tiene una serie de puntos flacos, en mi opinión, que aún así no evitan disfrutar del juego y no me han llegado a frustrar hasta el punto de quemar la guitarra:

  • Los tiempos de carga de las canciones en consola son eternos, compensa jugarlo en PC.
  • Cada vez que tocas una canción tienes que pasar por una secuencia en la que se comprueba que la guitarra está afinada.
  • Sin embargo, cuando tocas un evento, que consiste en varias canciones seguidas sin descanso, entre ellas no se te da la opción de afinarla excepto cuando la canción está en otra afinación. Puedes acabar de tocar una canción con unos bends terribles y tener la guitarra desafinada en la siguiente y no poder hacer nada desde el juego. Aquí también entra otro factor como el tipo y calidad de la guitarra y lo que aguante la afinación.
  • Al afinar la guitarra en Drop-D (bajar la sexta cuerda de Mi a Re) a veces el juego no registra bien las notas en esta cuerda y le parece que están en otro traste. De todas formas parece que con un calibre mayor de cuerdas se arregla así que no es totalmente un fallo del juego.
  • En las canciones con arpegios aparece el mogollón de notas en la pantalla, lo que dificulta enterarse bien de cómo hay que tocarlas. Debería poner al lado por lo menos qué acorde es para saber como poner la mano (si lo conoces claro).
  • El sistema de adaptación de dificultad generalmente funciona bien pero puede liarte cuando conoces la canción y esperas que te aparezca para tocar una nota que sabes que está ahí pero que no aparece, haciendo que te confundas y pierdas el ritmo, en especial cuando hay notas dobles por el medio. En ocasiones me ha parecido más fácil subir una sección de una canción al 100% a mano y tocarla que esperar que te la suba desde la versión del 90%.

En fin, qué mejor forma de ver cómo funciona el juego que con un ejemplo, grabado además por mí :). Aunque es una canción bastante sencilla tengo unos cuantos errorcillos y muchas cosas a mejorar así que os pido que no me tiréis tomates por favor jejeje. Os dejo con «Breaking the law», de Judas Priest:

Un saludo de vuestro amigo y vecino.